Derecho y Ciencias Políticas

Diferentes voces en el mundo contemporáneo hacen énfasis en la crisis silenciosa, que consiste en la necesidad impuesta al sistema educativo de formar en función de la prosperidad económica y el afán de tener mayores ingresos, atrincherando así, en un segundo plano, la educación, que tiene como pilar la generación de pensamiento crítico. Sin embargo, las humanidades han jugado un papel fundamental en la transformación de las sociedades, dado que su preocupación central consiste en la construcción de una ciudadanía consciente y reflexiva. En ese sentido, las democracias actuales y las complejidades que estas revisten, demandan profesionales que asuman su labor desde esta última perspectiva, personas que no sean únicamente capaces de analizar y transformar realidades, sino que también procuren hacerse cargo de estas con responsabilidad ética.

Por ello, el escenario de las ciencias sociales y en especial de las disciplinas como el derecho, las ciencias políticas y las relaciones internacionales, traen de manera consustancial este tipo de elementos, lo que le genera una serie de retos a la academia en sus facetas pedagógica e investigativa, pero además al ejercicio profesional. En este orden de ideas, un aprendizaje y una práctica reflexivos del derecho y de las ciencias políticas que trascienda la funcionalidad tecnócrata a partir del sistema económico, es esencial para el desarrollo del mundo actual, en el que la comprensión de lo humano y lo social ha sido desplazada.

Por esta razón, cada vez se enfatiza más en la formación humana y de pensamiento crítico de los estudiantes, quienes son los futuros profesionales que deben ejercer un papel activo en la sociedad. Vale la pena resaltar que para esta facultad, los
conocimientos desde los campos de estudios jurídicos, ciencia política y relaciones internacionales, en interdisciplinariedad con las demás ciencias sociales, son medios de ejercicio de las libertades públicas. Por lo tanto, su aprehensión y ejercicio real otorgan herramientas para un compromiso de defensa y protección de la dignidad humana pensado desde la justicia y por ende, en la legitimidad.

Tradición humanística

La Facultad de Derecho y Ciencias Políticas es una de las más antiguas de la institución. Inició en 1970 con el programa de Derecho diurno. El siguiente año dio paso al programa de Derecho nocturno con la finalidad de abrir otro espacio para el acceso a la educación. Varias décadas después, en el 2011, el programa de Gobierno y Relaciones Internacionales, único en su tipo en el suroccidente colombiano, recibe el registro calificado e inicia funciones en el año 2012, con la misión de proyectar profesionales con saberes interdisciplinares para el contexto de la globalización.

Ambos programas, aunque hayan surgido en momentos diferentes de la Universidad y del país, se sustentan en raíces comunes, las cuales aluden a la formación basada en actitudes humanísticas y conciliadoras, dentro de las cuales se encuentra la necesidad de una capacidad reflexiva permanente por el contexto sociopolítico y económico circundante a nivel local, regional y mundial, en relación con el fomento del respeto por la vida y el medioambiente. En el caso de Derecho, el énfasis de gestión del conflicto le apunta a otorgar herramientas con base en la transdisciplinariedad para la transformación de los conflictos que se relacionan con el contexto jurídico, previniendo, aminorando o reorientando de esta manera situaciones de enfrentamiento violento, con la finalidad de propiciar contextos en los que se generen vías de solución pacífica. Para Gobierno y Relaciones Internacionales, se tiene como elemento principal brindar herramientas para la formulación, ejecución y evaluación de proyectos para la cooperación internacional y el desarrollo, sustentado en las disciplinas de la ciencia política, la economía, el derecho y la administración, partiendo de sus bases epistemológicas.

Las necesidades del estudiante son también un eje primordial que ha marcado las distintas etapas en el desarrollo de la facultad y sus programas. Ello ha incidido directamente en los procesos de reforma curricular de ambos programas, los cuales se llevan a cabo por etapas temporales de máximo diez años y por motivos de actualización pueden darse en períodos mas cortos. Dentro de dicha óptica, es importante resaltar que desde el año 2010 nació un proyecto liderado por estudiantes denominado periódico estudiantil Aletheia, el cual se encuentra vigente y en los últimos años se ha erigido como un grupo estudiantil que promueve eventos y diferentes iniciativas de pensamiento crítico en relación con el contexto actual. Este ha sido plataforma para el desarrollo académico y personal de varios miembros de la comunidad estudiantil de la facultad. Por la misma línea, entre los años 2014 y 2016, se otorgó la categorización de Colciencias en A para el Grupo de Investigación Problemas Contemporáneos del Derecho y la Política (Gipcodep) gracias a sus publicaciones en temas de investigación relacionados con estudios jurídicos y ciencias políticas, con énfasis en justicia transicional y construcción de paz.

Desde la creación del grupo y el nacimiento del programa de Gobierno y Relaciones Internacionales, la apuesta de la facultad ha sido la de mantener la unidad problémica de investigación para sus miembros, con la intención de estudiar asuntos
concernientes a cada contexto histórico-social con una perspectiva inter y transdisciplinaria. Los resultados han irradiado de manera directa al currículo de ambos programas y a la formación de trayectorias de investigación de los estudiantes, quienes se han involucrado directamente y han sido parte activa de tales procesos. De igual forma, las líneas y avances investigativos del grupo han permitido estructurar los programas de posgrado mas importantes de la facultad, como son la Maestría en Derecho y el Doctorado en Derecho. Por otra parte, se encuentra la acreditación en alta calidad del programa de Derecho por el período de siete años, lo cual significó un reconocimiento a la labor educativa e investigativa de tanta tradición e impacto en la región, el mayor testimonio de ello son los egresados.

En el ámbito investigativo también se encuentra la clínica jurídica, una metodología activa para los estudiantes de derecho que los sitúa como actores de transformación social en comunidades vulnerables. Esta nace a partir del año 2015 como un proyecto, continuó como una materia electiva complementaria y en la actualidad es una de las funciones del consultorio jurídico. Allí se trabajan los siguientes macroproblemas:
1. acceso a la justicia;
2. inclusión social
3. derechos colectivos y del medioambiente.
En ese marco se destacan trabajos como el concepto acogido por la honorable Corte Constitucional en la sentencia C-470 de 2016, proyectos de sensibilización y capacitación de la mano con la alcaldía de Santiago de Cali en materia de tráfico de migrantes, colaboración en temas de justicia electoral y el fallo a favor de nuestros estudiantes en una acción popular por el tema de inclusión en la movilidad, entre otros.

En materia posgradual, a partir del 2015 la facultad ha venido ofertando a la comunidad local y regional importantes posgrados dirigidos a formar competencias críticas, de análisis y de apropiación de conocimiento práctico en diversas áreas del derecho. En este marco, la facultad cuenta actualmente con siete especializaciones: Derecho Marítimo y Portuario; Derecho Laboral y de la Seguridad Social; Derecho Comercial y de la Empresa; Derecho Ambiental; Derecho Procesal (modalidad virtual); Derecho Procesal Penal y Criminalística; y Desarrollo Territorial y Gestión Pública (modalidad virtual). De igual forma, cuenta con una Maestría en Derecho y un Doctorado en Derecho, el primero de la región suroccidente colombiana.

Transformar en el presente actuando en prospectiva: retos y acciones

Partiendo de la trayectoria de la facultad, es necesario asumir que conforme cambian los contextos es menester reinventarse e innovar. Retomando lo mencionado al comienzo, el principal actuar es mantener una formación que privilegie lo humanístico por encima de lo tecnócrata, a fin de hecerle frente a la crisis humanística a través de la formación de profesionales conforme a las necesidades imperantes de un mundo globalizado y altamente permeado por la tecnología y la información.

Pero más allá del interés únicamente institucional, también está la responsabilidad social de aportar profesionales innovadores, dispuestos a investigar en función de la construcción y mantenimiento de un estado social de derecho garante de los derechos fundamentales. Para dicho propósito se emprenderán acciones de fortalecimiento para los semilleros y se insistirá en la modificación microcurricular en función de las competencias investigativas.

El acceso a la educación es uno de los pilares de la democracia, razón por la cual la facultad está llamada a llegar a otros sectores distintos a los tradicionales, para formar nuevos profesionales, pero también llevando formación posgradual y de educación continua que vaya de la mano con los paradigmas contemporáneos económicos, sociales, jurídicos y políticos que le permitan al egresado tener una posición crítica en la sociedad. En función de ello se encuentra el desafío de la virtualización. Aquí la pregunta esencial es: ¿cómo utilizar las TIC en virtud de lo humanístico? Así, la virtualización de los pregrados, posgrados y programas de educación continua, se presenta como un medio propio para lo señalado, contribuyendo a la superación de brechas educativas. En esta línea, el programa de Derecho inicia a partir del semestre de 2019-2 un plan piloto de virtualización de diferentes cátedras para la modalidad nocturna, pensando en que los estudiantes de dicho contexto puedan compartir más tiempo con sus familias al descargar horarios de estudio presencial los días sábados.

A partir del 2013, la facultad ha venido trabajando los procesos de reforma curricular de sus programas. No obstante, es importante lograr una mayor articulación microcurricular de lo impartido en los cursos con los desafíos planteados a nivel mundial, haciendo énfasis en los objetivos de desarrollo sostenible (ODS). Para ello, es necesario crear materias electivas que vayan a la par con sus lineamientos, pensadas desde lo público y lo privado. Pero también, generar lineamientos transversales que proporcionen elementos frente a tales aspectos. Aquí la acción que se llevará a cabo es la consolidación de las reformas curriculares a partir de los nuevos planes de estudio que ya han empezado a operar en ambos programas. Aunado a ello, la principal apuesta se percibe desde dos aspectos: por una parte, la flexibilidad curricular, desde la cual el estudiante puede construir –con ciertos límites– su propia trayectoria de formación, de acuerdo con sus intereses. Por otra parte, la centralización en enfoques mas no en énfasis, gestión del conflicto para Derecho y formulación de proyectos en cooperación internacional para Gobierno y Relaciones Internacionales. Ello permite la interdisciplinariedad, aspecto que incide en la formación de profesionales con un perfil más acorde con un contexto cambiante.

Es de destacar que en la facultad existe la posibilidad de cursar la doble titulación con los programas de Derecho y Gobierno y Relaciones Internacionales. De igual manera, en conjunto con la Facultad de Ciencias Económicas, desde el 2019 se ha implementado la armonización para doble titulación entre los programas de Gobierno y Relaciones Internacionales y Economía. Aunado a ello, las misiones internacionales son un valor agregado para la formación en la facultad, razón por la cual es necesario su fortalecimiento y consolidación con dos fines específicos: la movilidad e intercambio o interacción académica y la inmersión cultural. Todo lo anterior debe ir de la mano con la internacionalización del currículo, aspecto que constituye una apuesta de los nuevos planes de estudio de los programas, sin afectar en el proceso la calidad que nos caracteriza. Estos espacios deben pensarse para toda la comunidad académica, con mejores modalidades para ella. En este sentido, la acción concreta será seguir organizando misiones académicas internacionales en las que participen estudiantes
de pregrado y posgrado.

La apertura del Doctorado en Derecho es una gran oportunidad para seguir innovando y fortaleciendo los procesos investigativos de la facultad. También representa un gran desafío consolidar sus dinámicas y estructuras, además de generar aportes que construyan sociedad democrática acorde con las necesidades de la región hacia un plano internacional. Los estudios jurídicos deben partir de los componentes dogmático y filosófico, además de irradiar en la realidad a partir de su función social y humanística. Ello debe ir de la mano con la manera como se erigen la facultad y sus diferentes programas y el doctorado debe estar involucrado en estos procesos.

Desde la misma línea, el Gipcodep seguirá proyectándose para la categorización como A1 en Colciencias, generando productos top y dando paso a la movilidad nacional e internacional de sus investigadores, estudiando diferentes problemas actuales
desde la interdisciplinariedad y fomentando el fortalecimiento de redes académicas. Los proyectos en los que estará inmerso involucrarán procesos de participación ciudadana, formulación de políticas públicas y la innovación pedagógica para disciplinas propias de lo jurídico y lo político. En ese sentido, la dirección de trabajos de grado a
nivel de pregrado, maestría y doctorado, permitirá fortalecer las trayectorias investigativas en función de la innovación. La investigación es un componente fundamental para el fortalecimiento y consolidación de los programas de posgrado, razón por la cual el grupo continuará sustentándolos.

Actualmente, se está trabajando en la creación de nuevos programas académicos en los niveles de pregrado y posgrado, con miras a seguir cualificando no sólo a los profesionales de la región sino también de otras regiones del país con menor acceso a ellos, ya sea de manera virtual o presencial. Entre estos, se tienen pensados el programa de Maestría en Gobierno y Políticas Públicas, el programa de Maestría en Derecho Informático, el programa de Maestría en Derecho Penal, entre otros, ello sin contar con las diferentes propuestas en formación continua. Es claro que áreas como la formación en derecho deportivo, industrias culturales, migraciones y construcción de paz, son retos. Por ello la facultad seguirá innovando al ofertar oportunidades de educación en esas temáticas, ya sea por medio de electivas de profesionalización, programas de formación continua o programas de posgrado.

En suma, la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de San Buenaventura Cali, afronta los retos de formar líderes con la capacidad de construir la paz y un orden de desarrollo igualitario y equitativo, formar líderes que gestionen los proyectos desde una visión humanista, educar para la justicia, la paz, la democracia y el desarrollo y educar para la creación y la apropiación de la ciencia y de la tecnología.