Ciencias Humanas y Sociales

La Facultad de Ciencias Humanas y Sociales (anteriormente Facultad de Psicología) de la Universidad de San Buenaventura Cali nace en 1997 por iniciativa de la dirección académica con el apoyo de la rectoría de ese entonces. La propuesta, subtitulada bajo el énfasis de clínica de lo social, marcó el punto de partida de una apuesta por una psicología novedosa y vinculada a la estética, asunto propiciado por la llegada a la facultad de profesores que coincidieron en un marcado interés por la literatura, la filosofía, las prácticas corporales y el teatro.

La propuesta significó una ruptura con las ofertas conservadoras de formación psicológica que las otras facultades de la ciudad ofrecían en ese momento, confundidas todas ellas en la pretensión de una supuesta neutralidad y objetividad científica de la psicología, ajena a los avatares de la política y los contextos sociales, y en una aparente pertenencia a la familia de las ciencias de la salud, en una época de profundas coyunturas, crisis y cambios sociales que mantenían al país en emergencia permanente, desgarrado por el conflicto armado, la falta de oportunidades, la violencia y la transgresión generalizada de la ley.

La apuesta inicial

La zozobra de las viejas identidades y normativas y el sentimiento de “no futuro”, posiblemente producía en muchos jóvenes, como reacción, un masivo interés vocacional hacia la carrera de psicología (era normal recibir más de 100 estudiantes en los primeros semestres), que buscaban en esta disciplina las respuestas que las circunstancias históricas no permitían vislumbrar, en una ciudad caracterizada por el predominio de los contrastes, la coexistencia de sectores privilegiados junto a una población empobrecida y excluida, en momentos en que Cali se había convertido, además, en el receptor de la mayor parte de los inmigrantes y desplazados por la violencia rural.

Estos ciudadanos inéditos, provenientes de la región suroccidental del país (Valle, Cauca, Chocó, Nariño y zona cafetera), se asentaron principalmente en el suroriente de la ciudad y en las zonas de ladera, lugares en los cuales se fueron configurando nuevos hábitos ciudadanos y una abigarrada y conflictiva interculturalidad, surgidaentre grupos de diferentes orígenes étnicos y culturales, como telón de fondo de graves problemas de desempleo, delincuencia, convivencia, participación, identidad y memoria.

Frente a esta encrucijada, era necesaria una oferta académica que formara profesionales capaces de entrar en diálogo con esas realidades urbanas inéditas, marcadas por el surgimiento de malestares subjetivos y de problemáticas sociales, como la marginalidad, las violencias de todo tipo (política, callejera, familiar) y por asuntos cada vez más generalizados, complejos, difíciles de entender y de intervenir, en oposición a un conocimiento académico conservador que evadía las preguntas por el drama de la polarización política y la pluralización de puntos de vista e interpretaciones, que ponían en cuestión las verdades preestablecidas y las formas tradicionales de abordaje de los problemas.

La propuesta inicial de la facultad planteó, entonces, una formación de psicólogos con énfasis en interdisciplinariedad y estética, cuya principal estrategia de acercamiento consistía en establecer una práctica investigativa desde los primeros semestres y el objetivo de considerar “la ciudad y los nuevos modos de lo urbano”, buscando con ello poner en contacto a los estudiantes con las realidades próximas y con la voz de los actores directamente implicados en las problemáticas. La interdisciplinariedad hace referencia a múltiples conocimientos teóricos y metodológicos sobre lo subjetivo, que surgían no sólo desde la perspectiva psicológica, sino también filosófica, sociológica, antropológica, artística y literaria.

Sin embargo, la condición intercultural de nuestras plurales comunidades nos arrojó a reconocer la inesperada irrupción de una diversidad de géneros, clases y grupos étnicos. Por ello, nuestras poblaciones exigían una visión transdisciplinaria (saberes surgidos de los actores sociales), pues se trataba de investigar en sus realidades; es decir, ir a los grupos sociales a escuchar los saberes, las dificultades y los problemas, como también las soluciones que estas mismas planteaban a sus necesidades.

El saber artístico y estético, por su parte, se leía desde varias vertientes. En primer lugar y como su nombre lo indica, como un saber de lo sensible; es decir, un saber surgido del sentido común, de las prácticas vividas por los actores sociales mismos. Pero también un saber estético en cuanto se reconocían en ellos “formas” por encima de esencias. Vale decir, la forma vista también como construcción de un “contenido”, privilegio que suponía una versión construccionista del conocimiento, en la cual se reconocía lo social como un dispositivo productor de subjetividades y problemáticas cambiantes, denominadas “modos de lo urbano”.

La propuesta necesitó de una formación profesoral, no solo por su apuesta decidida al estudio de las ciencias sociales, asunto más bien de escasa tradición en la formación de los psicólogos, entrampados en la pretensión de ver en la psicología una “ciencia de la salud”, sino también por la paradoja de proponer una crítica frontal a los saberes preestablecidos por la tradición de las escuelas clínicas (incluida en ella el psicoanálisis, el humanismo, lo comportamental, etc.). Ello supuso la interrogación de estas a la sombra de la estética y de los saberes inter y transdisciplinarios.

Se propuso, entonces, una interesante autoformación del cuerpo de profesores, en su mayoría jóvenes egresados predominantemente de la carrera de psicología, quienes fueron formados en conceptos y metodologías investigativas de la estética, la filosofía, la antropología y la sociología.

Se empezó por asumir la propuesta de cuatro autores fundamentales: Aristóteles, Kant, Nietzsche y Foucault. De Aristóteles se trabajó el texto fundacional de la psicología (Tratado del alma); de Emanuel Kant, su teoría de la estética como forma de conocimiento (Crítica del juicio); de Federico Nietzsche su deconstrucción de la epistemología moderna occidental (El origen de la tragedia), junto a su crítica a los peligros de una formación universitaria expurgada de filosofía y arte (Sobre el porvenir de nuestros establecimientos universitarios).

Por otra parte, un autor contemporáneo como Michel Foucault (El nacimiento de la clínica. Vigilar y castigar), fue central para concebir una nueva historia de la clínica pensada como reivindicación de las diferencias, más allá de un simple ver decir controlador, normalizador y anormalizador, y de esta manera, obligada a derivar hacia puertos críticos.

Con esta formación, se intentaba un retorno de la psicología a la casa de la filosofía, la narrativa y las ciencias sociales. La propuesta fue poco entendida por aquellos psicólogos que, reacios a la dispendiosa tendencia mundial de la formación en inter y transdisciplinariedad, veían en esta una distorsión sociologizante; es decir, una revolución de la idea canónica de una psicología introspectiva, científica y objetivista, inmune a los avatares de lo social.

Con opiniones repartidas entre detractores y defensores, para unos la propuesta era un atrevido desafío a la forma tradicional de hacer y pensar la psicología, y para otros, una esperanzadora promesa de cambio frente a viejas tradiciones disciplinares y frente a la concepción de una clínica convertida en un dispositivo de control y de normalización de sujetos, fabricada para clasificar y determinar lo normal y lo anormal de lo humano; una clínica con el poder de imponer formas y saberes preestablecidos e inyectar diagnósticos y taxonomías de control sobre los sujetos.

En el 2002, simultáneamente con la graduación de la primera promoción de psicólogos de la facultad y luego de un trabajo de cinco años, se produce un relevo en la decanatura. El reto para el nuevo decano fue obtener del Ministerio de Educación el registro calificado y continuar defendiendo la propuesta clínica de lo social.

Eclosión de la investigación como condición de alta calidad educativa

Próxima a cumplir su primer decenio, la facultad es asumida por una nueva decanatura a partir del año 2006 y luego de un cambio estructural en las directivas de la Universidad, asunto que coincide con la confirmación del giro neoliberal de la educación hacia la estandarización de los programas formativos. Sorpresivamente las nuevas políticas oficiales establecen la investigación como el principal criterio de acreditación y alta calidad de las universidades, con lo cual se produce el ingreso masivo de profesores a cursos de maestrías y doctorados, dada esa nueva exigencia.

La facultad se ve impelida a hacer una serie de revisiones y recortes del programa para cumplir las exigencias de las denominadas “condiciones mínimas” propuestas por el Ministerio de Educación Nacional para la formación de psicólogos; esto es, uniformar los programas de todas las facultades del país con la pretensión de permitir una fácil internacionalización de las universidades y el traslado, de un lugar a otro, de estudiantes, profesores y graduandos.

Esto significó, nuevamente, el reto de mantener viva la propuesta original y conservar las proposiciones más importantes de la clínica de lo social, tales como la lectura interdisciplinaria y la investigación en la realidad desde los primeros semestres, así como el privilegio de estudiar las problemáticas sociales de actualidad, para dar respuesta a las nuevas demandas institucionales, tales como la atención a desplazados, reinsertados y víctimas de la guerra y a programas de desarrollo infantil, población con problemas de discapacidad e inclusión educativa y social.

En ese año (2006), surge también el programa Asiste para atender problemas de bajo rendimiento y deserción estudiantil, el cual termina por consolidarse y amplía su atención a estudiantes de las otras facultades de la universidad. El programa, dado su éxito, es institucionalizado por el Departamento de Bienestar Institucional y ofrecido a toda la universidad en el año 2009.

Para el año 2007, el Grupo de Estéticas Urbanas y Socialidades (Geus) se convierte, de manera inesperada, en el primer grupo de investigación de la Universidad y de la región en ser catapultado a nivel nacional como grupo en clasificación A de
Colciencias, asunto que le hizo acreedor a un diploma de reconocimiento al mérito por la Gobernación del Valle del Cauca.

En el 2007 y en concordancia con los primeros diez años de la facultad y con la gran demanda de estudiantes de pregrado, se crea el programa de psicología nocturno, que comienza a atender la población de estudiantes trabajadores que desde semestres anteriores habían estado solicitando la oportunidad de ingresar en un horario favorable. En el mismo año, se produce la apertura del Laboratorio de Psicología (Labpsic) y se funda la Unidad de Servicios Psicológicos que reemplaza al Centro
Clínica de lo Social.

Ofrecimiento posgradual

Desde hace varios años, la facultad ha sido convidada a participar en procesos de intervención en instituciones de la ciudad y de acompañamiento a programas en los sitios de práctica, como el Hospital Psiquiátrico San Isidro y la Unidad de Salud Mental del Hospital Departamental, en instituciones de atención a farmacodependientes, trabajo con personas en situación de calle, trabajo en educación especial (por ejemplo, con personas con baja visión e hipoacusia), así como también en evaluación del aprendizaje, labor en la cual se ha consolidado y especializado el laboratorio de psicología.

La facultad se ha interesado también por participar en proyectos y convocatorias públicas, regionales y nacionales, en la implementación de políticas de atención, en cooperación en programas como inclusión, salud mental, educación para la primera infancia, posacuerdos y construcción de paz, reestructuración del tejido social y una serie de proyectos de transformación de las políticas públicas y del mundo laboral, como la nueva ley de salud ocupacional.

De manera especial, ha sido de suma preocupación la intervención en las políticas del posconflicto, desplazados, reincorporación a la vida civil y atención psicosocial. Todo esto ha llevado a la necesidad de crear, además de la Maestría en Psicología (2011) y el Doctorado en Psicología (2017), tres especializaciones: Psicología Clínica con Orientación Psicoanalítica (2009), Psicología de la Salud Ocupacional (2012), y Atención Psicosocial a Víctimas y Sobrevivientes (2016). Es de destacar la modalidad que desde el 2017 ha tomado la Maestría en Psicología, al optar por dos profundizaciones: una en psicología clínica y la otra en psicología de la salud ocupacional.

La Especialización en Psicología Clínica con Orientación Psicoanalítica ofrece respuestas para una mejor capacitación frente a las nuevas ofertas de trabajo en políticas públicas de intervención a la niñez y la juventud y en proyectos de intervención en programas de salud, en una ciudad en la cual escaseaban las ofertas posgraduales profesionalizantes en psicología y en psicoanálisis.

La acreditación de alta calidad se obtuvo por primera vez en el año 2011. Por su parte, la Maestría en Psicología propone un énfasis investigativo en tres frentes: salud ocupacional, psicología clínica psicoanalítica y atención psicosocial a víctimas y sobrevivientes, con lo cual se busca ofrecer una continuidad formativa con las otras ofertas de los posgrados.

La Especialización en Psicología de la Salud Ocupacional se crea en el año 2012 y busca estudiar los factores psicosociales asociados al trabajo. Esta especialización goza de un gran éxito en la ciudad, visible en la gran afluencia de estudiantes. Emerge como respuesta a la Resolución 2646 de 2008 del Gobierno, que obliga a todas las empresas del país a identificar, evaluar, prevenir, intervenir y monitorear los riesgos psicosociales. Mientras tanto, en ese mismo año se gradúa la primera promoción de la jornada nocturna del pregrado.

La Especialización en Atención Psicosocial a Víctimas y Sobrevivientes se crea en el año 2016 y busca atender a la población vulnerable, afectada por la violencia sociopolítica y los desastres naturales. Su surgimiento estuvo vinculado al proyecto Plan de Atención a Víctimas y Sobrevivientes del Conflicto (Papsivi).

El Doctorado en Psicología (2016) fue consecuencia de la tradición investigativa promovida por los dos grupos reconocidos de la facultad (Giece y Geus) y por la graduación de los primeros profesores doctores en el programa. El doctorado, consecuente con el énfasis investigativo del programa, continúa el impulso a la investigación de nuestras problemáticas y realidades próximas, con un talante de escucha clínica de la singularidad de los sujetos y de las poblaciones como condición para fundamentar cualquier intervención. La renovación por seis años de la acreditación en alta calidad se produce en el año 2016. En el año 2019, el Geus y el Giece continúan sosteniendo la categoría A de Colciencias.

Nuevas apuestas y retos en el desarrollo disciplinar

Como retos y rutas de camino, persiste para muchos el deseo de generar una producción investigativa de alto impacto y una mayor visibilización de la producción académica a nivel nacional. Es de suma importancia para la universidad emprender la internacionalización de los programas académicos que, junto a las movilizaciones internacionales de estudiantes y profesores, produzca la creación de redes, puentes de trabajo y programas en convenio con comunidades académicas internacionales.

Es también de importancia futura continuar con una profesionalización del pregrado y las especializaciones, en coterminalidad con la maestría y el doctorado. Se hace necesario vincular más la producción académica de los estudiantes de los posgrados con la de los grupos de investigación (Geus y Giece). Se trata, además, de incentivar el crecimiento de la facultad con nuevos posgrados, tales como una maestría en infancia y juventud y promover ofrecimientos en modalidad virtual. En ello ya se tiene la propuesta de un posgrado virtual en evaluación.

Finalmente, es imperioso no perder el impulso original de una teorización crítica, interdisciplinar, comprometida con la práctica, para que el activismo y las nuevas exigencias del mercado no desplacen la pregunta por la pertinencia y efectividad de las intervenciones psicológicas, para continuar con un compromiso social a tono con nuestra realidad próxima, cada vez más precarizada y desigual.

Es prioritario acentuar la formación interdisciplinar en historia crítica de Colombia y el mundo, la apropiación de una crítica sociológica y filosófica a la hegemonía neoliberal y acercarse a los planteamientos de una antropología cultural decolonizada, para un abordaje más certero de la realidad que nos tocó vivir. Ello sería factible estudiando las causas estructurales de los malestares contemporáneos para proponer formas acertadas de análisis e intervención psicológica, acordes con los retos contemporáneos.

De igual forma, se debe responder a la presión competitiva para, por ejemplo, captar recursos públicos y privados, como también estudiantes, tanto para el pregrado como para los posgrados, lo cual supone reconocer estas poblaciones en sus nuevos gustos e intereses y profundizar en los actuales retos pedagógicos y curriculares para el ejercicio de la docencia, más allá de las formas tradicionales, estandarizadas o instrumentales.

En estos momentos históricos es significativo, entonces, reactivar el trabajo sobre la formación docente y las comunidades académicas, más aún en tiempos en que la docencia ha estado desvalorizada y no parece generar mayores reconocimientos, pues es ella la vía expedita de sobrevivencia del sistema educativo en una época en la cual se ha agudizado la reducción de matrículas y la deserción de la población estudiantil, problemas que han pasado a ser nacionales. Lo anterior supone ir al encuentro de la actual realidad del país y al reconocimiento y la acogida de las nuevas culturas juveniles que egresan del bachillerato.

  • Pregrado: Licenciatura en Educación Infantil - CÓD. SNIES 106161
  • Pregrado: Licenciatura en Literatura y Lengua Castellana - CÓD. SNIES 106398
  • Pregrado: Licenciatura en Educación Física - CÓD. SNIES 107000
  • Pregrado: Psicología - CÓD. SNIES 4481
  • Especialización: Psicología Clínica con Orientación Psicoanalítica - CÓD. SNIES 54690
  • Especialización: Atención Psicosocial a Víctimas y Sobrevivientes - CÓD. SNIES 105415
  • Especialización: Psicología de la Salud Ocupacional - CÓD. SNIES 91463
  • Especialización: Gestión de Proyectos Multimediales para la Educación - CÓD. SNIES 106456
  • Maestría: Psicología - CÓD. SNIES 90693
  • Maestría: Educación: Desarrollo Humano - CÓD. SNIES 12271
  • Maestría: Educación para la Primera Infancia - CÓD. SNIES 106453
  • Maestría: Alta Dirección de Servicios Educativos - CÓD. SNIES 54614
  • Maestría: Clínica de la Infancia y la Juventud - CÓD. SNIES 109847
  • Doctorado: Educación - CÓD. SNIES 102443
  • Doctorado: Psicología - CÓD. SNIES 105625
  • Posdoctorado: Alta Investigación en Educación Intercultural